2023, un año de retos para la cadena de suministro

Acabamos de empezar el año y, por desgracia, la duodécima campanada no borra de un plumazo todos los males del año que ha expirado. A 2023 le ha tocado en herencia una situación poco halagüeña. Entre otras cosas, una guerra en Ucrania y el efecto dominó que ha provocado: crisis energética, no poca inflación y escasez de ciertos bienes y recursos, tanto de mano de obra cualificada como de materiales. 

Ante semejante panorama, aumentar la eficiencia de la cadena de suministro será uno de los mayores desafíos que se nos presentará a lo largo de este año. La cadena de suministro es un elemento clave para el buen funcionamiento de cualquier empresa (nosotros solíamos llamarla “la madre de todos los procesos”), y una cadena de suministro ágil, robusta y eficiente puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una empresa.

¿Cuáles son los retos actuales para la cadena de suministro?

• Cambios en la demanda del mercado: en un entorno económico cambiante, es común que la demanda del mercado varíe de manera impredecible. Esto puede hacer que sea difícil para las empresas anticipar y satisfacer la demanda de sus productos y servicios, lo que puede afectar la eficiencia de la cadena de suministro.

• Escasez de recursos: escasez y sobrecoste de materias primas y materiales auxiliares pero también, falta de mano de obra cualificada. Esta puede suponer la contratación de personal sin experiencia que redunde en errores a lo largo de la cadena. Envíos del producto erróneo al cliente, daño de productos o incluso el aumento de obsolescencia. 

• Problemas de transporte y logística: el incremento de los precios de energía y carburantes origina sobrecostes en el transporte y aumenta los costes de almacenamiento. 

• Sostenibilidad ambiental: el impacto ambiental es cada vez más importante para los consumidores y las compañías deben buscar maneras de reducir su huella de carbono y adoptar prácticas sostenibles.

• Cambios en las normas y regulaciones: otro de los retos pasa por los cambios en las normas y regulaciones, especialmente en el contexto del comercio internacional.

Sin embargo, si nos paramos a pensar, ¿cuando no han sucedido eventos a cualquier nivel, internacional o local, que modifiquen estas condiciones? Cambios en demanda, en tipos de interés, en regulaciones, en proteccionismos, en entrada de competidores… Y ¿no existen empresas cuya cadena de suministro es eficiente o, al menos, más eficiente que las de sus competidores sean cuales sean las circunstancias? Debemos recordar que existen otros actores en juego. Tratamos de ofrecer los mejores productos y servicios a nuestros clientes, pero no vivimos en un mundo estático. Si tenemos esto siempre en cuenta,  lograremos que nuestra empresa vea cualquier circunstancia adversa, global o sectorial, como una oportunidad. Oportunidad para batir a los competidores. No se trata de ser eficiente. Se trata de ser más eficiente que el resto. Y en esto, cada vez más y más, un servicio ágil y puntual es lo que diferencia a las empresas ganadoras de las destinadas a extinguirse.

¿Cómo mejorar el rendimiento de la cadena de suministro?

Una cadena de suministro ágil y eficiente es fundamental si queremos destacar frente a otros competidores. Así que lo de fortalecerla no parece asunto menor. Pero ¿cómo hacerlo?

Si, como he comentado, el servicio (por supuesto, calidad y coste también, pero vamos a pensar que ambas estaban resueltas con anterioridad y no se han visto modificadas) es algo fundamental para distinguirnos de la competencia, empecemos por ahí. Démosle al cliente lo que quiere, cuando lo quiere, sin incrementar el precio. 

No se trata de hacerlo más rápido, sino en el momento preciso, es decir, cuando el cliente lo pide. Una vez logremos alcanzar un rendimiento significativo en las entregas (del 96-98% a tiempo), es cuando debemos ver la manera de reducir costes e inventarios a lo largo de toda la cadena, es decir, debemos optimizarla, haciéndola lo más eficiente posible. Primero el servicio y después el enfoque en reducir costes. Hacerlo al contrario conlleva el riesgo de perder pedidos y clientes. 

¿Cómo optimizar la entrega de productos a los clientes mientras se mantienen los costes por transacción y el working capital se reduce o contiene? En el pasado me di cuenta de que en la mente de muchos clientes, la mayoría, un mejor servicio significaba un mayor stock y, por lo tanto, mayores costes de almacenamiento, manejo, etc. Esto no es necesariamente así. 

Para que no lo sea, debemos entender cómo varía la demanda por cada referencia de manera independiente.  En otras palabras, comprendiendo la variabilidad de la demanda de todas y cada una de las referencias con las que trabajamos, olvidándonos de agrupaciones que pueden tener sentido desde un punto de vista financiero o de previsión a nivel estratégico (ahí tenemos el S&OP), pero que no nos sirven para operar el día a día de manera óptima. 

Nosotros diseñamos una metodología que se concentra en entender y “amortiguar” la variabilidad de la demanda, adaptando la cadena de suministro, desde el pedido del cliente hasta abastecimiento y entrega, para conseguir un servicio óptimo.

¿Resultados?

• Mejora de la satisfacción del cliente.
• Niveles de servicio del 95% + vs. fecha requerida por cliente (98% + vs. fecha prometida).
• Reducción de inventario de hasta 20 – 40%.
• Los costes de la cadena de suministro reducidos en más del 10%.
• Nuevo lenguaje de mejora en la Cadena de Suministro.
• Implantación de métricas de diagnóstico y de control del nuevo sistema operativo.
• Mayor comunicación entre los diferentes departamentos implicados.

Somos consultores en excelencia operativa. Si tu compañía necesita optimizar su cadena de suministro, ponte en contacto con nosotros.